En el mundo de la producción, logística y comercio, es común escuchar el término merma de producto, una expresión que describe una situación que puede afectar la rentabilidad y el control de inventario de una empresa. Este fenómeno se refiere a la disminución de la cantidad o calidad de un producto durante su proceso de producción, almacenamiento o distribución. A continuación, exploraremos a fondo qué implica esta situación, sus causas, ejemplos y cómo se puede gestionar de manera eficiente.
¿Qué es una merma de producto?
Una merma de producto se refiere a la pérdida parcial o total de un bien durante su proceso desde la producción hasta su venta o entrega al cliente. Esta pérdida puede manifestarse de múltiples formas, como daños físicos, deterioro por vencimiento, desperdicio durante el procesamiento o incluso errores en el manejo del inventario. La merma no solo afecta los costos operativos, sino que también puede impactar la percepción del cliente si no se gestiona adecuadamente.
Por ejemplo, en la industria alimentaria, la merma puede ocurrir por mal almacenamiento de frutas, lo que provoca que se estropeen antes de ser comercializadas. En el caso de productos electrónicos, una merma podría surgir por fallas durante la fabricación. Estas pérdidas, aunque parezcan pequeñas, pueden acumularse y representar una fracción significativa de los ingresos totales de una empresa.
Un dato interesante es que, según estudios del sector minorista, las pérdidas por merma en alimentos frescos pueden alcanzar hasta el 10% del inventario total. Esto no solo implica una pérdida financiera, sino también un impacto ambiental considerable si los productos no se reciclan ni se reutilizan de forma adecuada.
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Causas y consecuencias de la merma en el proceso productivo
Las causas que originan una merma de producto son variadas y dependen del tipo de industria y del contexto en el que se desarrolla el proceso. Algunas de las más comunes incluyen errores humanos, fallos en la maquinaria, mal almacenamiento, falta de control de calidad, roturas durante el transporte, y en algunos casos, condiciones ambientales adversas.
Por ejemplo, en una fábrica de confección, una mala planificación de la producción puede llevar a la merma de telas por corte incorrecto o exceso de stock que no se utiliza. En el comercio al por mayor, una mala rotación del inventario puede provocar que productos perecederos se echen a perder antes de ser vendidos. Estos factores, si no se controlan, pueden generar una merma que afecta directamente la eficiencia operativa.
Además de las pérdidas económicas, la merma también puede tener implicaciones legales y de imagen corporativa. Si una empresa no gestiona adecuadamente estos casos, podría enfrentar multas por no cumplir con normas de seguridad alimentaria, o su reputación podría verse dañada si los clientes perciben una falta de control en la calidad de los productos.
Tipos de mermas según su naturaleza
Las mermas también se clasifican según su naturaleza o tipo, lo que permite a las empresas identificar mejor sus causas y aplicar estrategias de prevención. Entre las más comunes se encuentran:
- Merma por vencimiento: cuando los productos perecederos no se venden a tiempo.
- Merma por rotura o daño: productos que se estropean durante el manejo o transporte.
- Merma por desperdicio en producción: material que se tira durante los procesos de fabricación.
- Merma por error de cálculo o gestión: discrepancias entre el inventario físico y el registrado en sistemas.
- Merma por obsolescencia: productos que dejan de ser relevantes o demandados en el mercado.
Cada tipo de merma requiere un análisis diferente. Por ejemplo, si el problema es la merma por vencimiento, una solución podría ser mejorar la gestión de inventario para priorizar la venta de productos con menor tiempo de caducidad. Si el problema es la merma por rotura, se podría invertir en mejor embalaje o en capacitación del personal.
Ejemplos prácticos de merma de producto
Para entender mejor el concepto, es útil analizar ejemplos reales de cómo ocurre la merma en diferentes contextos. En el sector de la hostelería, por ejemplo, una merma común es la pérdida de alimentos no utilizados en los preparativos de cocina. Un chef puede planificar una receta con 5 kilos de carne, pero al finalizar el día solo se usan 4, lo que genera una merma de 1 kilo que se tira.
En el sector de la logística, una merma puede surgir durante el transporte. Por ejemplo, si una caja de frutas se cae durante el viaje y se estropea el contenido, la empresa pierde el valor del producto y el costo del envío. En el comercio minorista, una tienda puede tener una merma por vencimiento si no logra vender ciertos productos antes de su fecha de caducidad.
Otro ejemplo es el de una fábrica de ropa que produce 1000 camisetas, pero debido a un error en la máquina, 100 resultan defectuosas y no pueden ser comercializadas. Esta situación representa una merma del 10%, lo cual, en términos económicos, puede ser muy costoso si el volumen de producción es elevado.
Concepto de merma en la gestión de inventarios
La merma no solo es un problema operativo, sino también una variable clave en la gestión de inventarios. En este contexto, se considera una pérdida de inventario que no se puede explicar con claridad y que no se refleja en los registros contables. Esta situación puede ser el resultado de errores en el sistema, robo, mal uso del producto o simplemente de un cálculo incorrecto.
En la gestión de inventarios, una merma se mide como la diferencia entre el inventario físico y el registrado en los sistemas contables. Por ejemplo, si una empresa registra tener 500 unidades de un producto, pero al hacer el inventario físico solo se encuentran 480, se considera una merma de 20 unidades. Esta diferencia debe investigarse para evitar que se repita en el futuro.
El impacto financiero de una merma en inventario puede ser significativo. Si cada unidad representa un costo promedio de $10, una merma de 20 unidades equivale a una pérdida de $200. En grandes empresas con miles de productos, estas pérdidas pueden acumularse y afectar la rentabilidad.
Tipos de productos propensos a la merma
No todos los productos son igual de susceptibles a la merma, pero hay algunos que, por su naturaleza, presentan un mayor riesgo. Entre los más comunes se encuentran:
- Productos perecederos: como frutas, vegetales, carnes, lácteos y preparados alimenticios. Su corta vida útil los hace propensos a la merma por vencimiento.
- Productos electrónicos: pueden sufrir merma por daños durante el transporte o por obsolescencia tecnológica.
- Productos textiles: pueden perder valor por desgaste, errores en el corte o cambios en las tendencias.
- Productos farmacéuticos: tienen fechas de vencimiento estrictas y, si no se gestionan adecuadamente, pueden caducar.
- Productos de belleza y cosméticos: también tienen vida útil limitada y pueden ser afectados por cambios en la demanda.
La industria alimentaria, en particular, enfrenta uno de los mayores desafíos en términos de merma. Según datos del Banco Mundial, alrededor del 30% de la producción alimentaria mundial se desperdicia en algún punto de la cadena de suministro. Esto no solo representa una pérdida económica, sino también un impacto ambiental significativo.
Diferencias entre merma y desperdicio
Aunque a menudo se usan de manera intercambiable, merma y desperdicio no son exactamente lo mismo. Mientras que la merma implica una pérdida de producto por causas que pueden ser controladas o no, el desperdicio generalmente se refiere a un uso inadecuado o excesivo de recursos.
Por ejemplo, una merma puede ocurrir cuando una fruta se estropea por mal almacenamiento, mientras que un desperdicio ocurre cuando se utiliza más material del necesario en la producción de un producto. En el primer caso, se trata de una pérdida que no se anticipó, mientras que en el segundo, se trata de un uso ineficiente de recursos que podría haberse evitado con una mejor planificación.
Otro ejemplo: una fábrica puede tener una merma por rotura de un equipo durante la producción, pero si decide producir más unidades de las necesarias sin una estrategia clara, se estaría generando un desperdicio. Ambos problemas afectan la rentabilidad, pero tienen causas y soluciones distintas.
¿Para qué sirve analizar las mermas en una empresa?
El análisis de las mermas es fundamental para mejorar la eficiencia operativa y reducir costos en una empresa. Al identificar las causas de las pérdidas, se pueden implementar estrategias para minimizarlas, optimizar el uso de recursos y aumentar la rentabilidad. Además, este análisis permite detectar posibles errores en los procesos, desde el manejo del inventario hasta el transporte y la logística.
Por ejemplo, si una empresa detecta que una gran parte de la merma se debe a errores en el manejo del inventario, puede invertir en sistemas de control más precisos o en capacitación del personal. Si la merma se debe a malas prácticas en la producción, se pueden aplicar mejoras en los procesos para reducir el desperdicio. En el caso de los productos perecederos, una mejor rotación del inventario puede evitar que se echen a perder.
El análisis también permite identificar oportunidades para la reutilización de materiales o productos parcialmente dañados, lo que no solo reduce costos, sino que también mejora la sostenibilidad. En resumen, entender y gestionar las mermas es clave para mantener la competitividad en el mercado.
Mermas vs. pérdidas: ¿son lo mismo?
Aunque se parecen, merma y pérdida no son exactamente lo mismo. La merma se refiere a la disminución de la cantidad o calidad de un producto durante su proceso, mientras que la pérdida puede incluir otros aspectos, como el dinero perdido por un mal manejo, un robo o una inversión que no rinde el retorno esperado.
Por ejemplo, una empresa puede experimentar una merma por vencimiento de productos, pero si el cliente no se presenta a recoger un producto o cancela el pedido, eso sería considerado una pérdida comercial. También puede haber pérdidas por error en la facturación o por incumplimiento de contratos, que no están relacionadas directamente con la merma de productos.
Otro caso es el de un producto que se tira por estar defectuoso: eso es una merma. Si ese producto se hubiera vendido, pero el cliente devolvió el artículo por no satisfacer sus expectativas, eso se consideraría una pérdida por devolución. En ambos casos, la empresa sufre un impacto económico, pero las causas son distintas.
Impacto de la merma en la sostenibilidad
La merma de producto no solo afecta la rentabilidad de una empresa, sino que también tiene un impacto significativo en la sostenibilidad ambiental. Cuando se desperdician alimentos, recursos o materiales, se genera un impacto negativo en el medio ambiente. Por ejemplo, el desperdicio de alimentos contribuye al aumento de residuos orgánicos en los vertederos, lo que a su vez produce emisiones de metano, un gas de efecto invernadero.
En la industria manufacturera, una merma por desperdicio de materia prima puede implicar un mayor consumo de recursos naturales y energía para producir nuevos materiales. Esto no solo eleva los costos, sino que también aumenta la huella de carbono de la empresa. Por otro lado, si se logra reducir la merma mediante mejoras en los procesos, se puede disminuir el impacto ambiental y mejorar la sostenibilidad del negocio.
Además, muchos consumidores están tomando conciencia sobre la importancia de reducir el desperdicio y prefieren apoyar a empresas que se comprometen con prácticas sostenibles. Por lo tanto, gestionar la merma de manera responsable no solo es un tema de eficiencia, sino también una ventaja competitiva.
Qué significa merma en términos económicos
En términos económicos, una merma de producto se traduce en una pérdida de capital que no se puede recuperar. Esto afecta directamente los estados financieros de una empresa, ya que se traduce en una disminución de los ingresos potenciales y un aumento en los costos operativos. Por ejemplo, si una empresa invierte en materias primas para producir un lote de productos, pero una parte de ellos se estropea durante el proceso, se traduce en una merma que no se compensa con ventas.
La merma también afecta el cálculo del margen de contribución, que es la diferencia entre los ingresos y los costos variables. Si hay una merma, los costos aumentan sin un incremento proporcional en los ingresos, lo que reduce la rentabilidad. En algunos casos, la merma puede incluso llevar a una empresa a operar en números rojos si no se gestiona adecuadamente.
Por ejemplo, una empresa que produce 1000 unidades a un costo de $5 cada una, pero solo logra vender 900 unidades por $10 cada una, tiene una merma de 100 unidades. Esto significa que no solo pierde el valor de esas 100 unidades, sino que también no obtiene el margen de ganancia asociado a su venta.
¿Cuál es el origen del término merma?
El término merma proviene del latín *marmor*, que se relaciona con el concepto de pérdida o disminución. En el contexto económico y empresarial, se ha utilizado históricamente para describir la reducción de la cantidad o valor de un bien durante su proceso de producción o distribución. A lo largo del tiempo, el concepto ha evolucionado y se ha aplicado a múltiples industrias, desde la agricultura hasta la manufactura y el comercio.
En los siglos XVIII y XIX, con el auge de la revolución industrial, el término se popularizó en la gestión de fábricas y almacenes. Las empresas comenzaron a desarrollar sistemas para medir la merma y optimizar los procesos productivos. A medida que se globalizó la economía, el concepto se extendió a otros sectores, como la logística y el retail, donde se convirtió en un factor clave para la planificación y control de inventarios.
Hoy en día, la merma es un tema de interés en múltiples áreas, desde la economía hasta la sostenibilidad. Su estudio permite no solo reducir costos, sino también mejorar la eficiencia y la responsabilidad ambiental de las empresas.
Mermas y su impacto en la cadena de suministro
La merma tiene un impacto directo en cada eslabón de la cadena de suministro, desde el proveedor hasta el consumidor final. En el punto de origen, una merma puede ocurrir durante la cosecha o producción, lo que afecta la disponibilidad de materias primas. Durante el transporte, los productos pueden sufrir daños por mal embalaje o condiciones climáticas adversas. En el almacén, una mala rotación del inventario puede provocar que ciertos productos caduquen o se estropeen. Finalmente, en la tienda, una mala gestión de stock puede llevar a que los productos no se vendan a tiempo.
Por ejemplo, en la cadena de suministro del café, una merma puede ocurrir durante la cosecha si las frutas no se recogen a tiempo, lo que afecta la calidad del grano. Durante el transporte, si no hay un sistema adecuado de refrigeración, el café puede perder su aroma y sabor. En la tienda, si no se promueve adecuadamente el producto, puede no venderse antes de su fecha de vencimiento.
Estos casos muestran cómo la merma no es un problema aislado, sino un fenómeno que afecta múltiples puntos de la cadena. Por eso, es fundamental que todas las partes involucradas trabajen en conjunto para minimizar estas pérdidas y garantizar una operación eficiente.
¿Cómo calcular la merma de producto?
Calcular la merma de producto es esencial para medir su impacto y tomar decisiones informadas. Para hacerlo, se utiliza la siguiente fórmula básica:
Merma (%) = (Cantidad perdida / Cantidad inicial) × 100
Por ejemplo, si una empresa recibe 1000 unidades de un producto y al final del mes solo ha vendido 850, la merma sería de 150 unidades. Aplicando la fórmula:
Merma (%) = (150 / 1000) × 100 = 15%
Este cálculo puede aplicarse a cualquier tipo de producto y permite identificar tendencias, comparar períodos y evaluar la eficacia de las estrategias de reducción de merma.
También es útil calcular el costo de la merma para entender su impacto financiero. Si cada unidad cuesta $20 y se pierden 150, el costo total de la merma sería de $3,000. Este dato ayuda a priorizar acciones de mejora y a justificar inversiones en sistemas de control o capacitación.
Cómo reducir la merma de producto
Reducir la merma de producto requiere una combinación de estrategias, desde mejoras operativas hasta inversiones en tecnología y capacitación. Algunas de las medidas más efectivas incluyen:
- Mejorar la gestión del inventario: Implementar sistemas de control en tiempo real para evitar el vencimiento de productos.
- Automatizar procesos: Usar máquinas que minimicen errores humanos durante la producción o empaque.
- Capacitar al personal: Entrenar al equipo en buenas prácticas de manejo de materiales y productos.
- Optimizar el transporte: Usar embalajes resistentes y condiciones controladas para evitar daños durante el envío.
- Reutilizar o donar productos no vendidos: En lugar de tirar, buscar alternativas como donaciones o reutilización en otros procesos.
Por ejemplo, una empresa de alimentación puede implementar un sistema de primero en entrar, primero en salir (FIFO) para garantizar que los productos con menor tiempo de vencimiento se vendan primero. En la industria manufacturera, una fábrica puede usar sensores para detectar defectos en tiempo real y reducir la merma de productos defectuosos.
Herramientas tecnológicas para gestionar la merma
En la era digital, existen herramientas tecnológicas que permiten a las empresas gestionar eficientemente la merma de producto. Algunas de las más útiles incluyen:
- Sistemas ERP (Enterprise Resource Planning): permiten integrar la gestión de inventarios, producción y ventas en un solo sistema.
- Plataformas de trazabilidad: ofrecen información en tiempo real sobre el estado y ubicación de los productos.
- Sistemas de gestión de caducidad: alertan sobre productos que están cerca de vencer.
- Aplicaciones móviles para inventario: permiten a los empleados escanear productos y actualizar registros en tiempo real.
- Inteligencia artificial: ayuda a predecir patrones de merma y sugerir estrategias de reducción.
Estas herramientas no solo ayudan a reducir la merma, sino que también mejoran la transparencia y la eficiencia operativa. Además, permiten a las empresas cumplir con normativas de calidad y sostenibilidad, lo que refuerza su imagen frente a los clientes y reguladores.
Casos prácticos de reducción de merma
Muchas empresas han implementado estrategias exitosas para reducir la merma de producto. Un ejemplo es Carrefour, que ha lanzado programas para donar alimentos no vendidos a organizaciones sociales, reduciendo así su impacto ambiental y social. Otro caso es McDonald’s, que utiliza sistemas de control de caducidad para garantizar que los ingredientes se usen antes de su vencimiento.
En el sector manufacturero, Toyota ha integrado prácticas de producción just-in-time que minimizan el inventario excedente y, por ende, la merma. En el sector de la moda, Zara ha implementado una estrategia de producción flexible que permite reducir el desperdicio de ropa no vendida.
Estos ejemplos muestran que, con una combinación de tecnología, gestión eficiente y compromiso con la sostenibilidad, es posible reducir significativamente la merma de producto y mejorar la rentabilidad de las empresas.
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