En el ámbito de la gestión empresarial y contabilidad, sang cost es un término que puede confundir debido a su apariencia inusual. Sin embargo, su interpretación depende del contexto en el que se use. Puede referirse a un error de escritura o a una traducción inadecuada del inglés, donde la palabra correcta sería sunk cost, que se traduce como costo hundido. En este artículo profundizaremos en este concepto, su importancia en la toma de decisiones y cómo afecta la economía empresarial.
¿Qué es sang cost?
¿Qué es *sang cost*? Si bien la expresión no es común ni reconocida en el lenguaje económico, lo más probable es que se trate de una variante incorrecta de sunk cost, o costo hundido. Este término se refiere a un gasto que ya se ha realizado y no puede recuperarse, independientemente de lo que suceda en el futuro. Por ejemplo, una empresa que haya invertido dinero en un proyecto que finalmente fracasa no puede recuperar esa inversión, por lo que se convierte en un costo hundido.
Un costo hundido es importante en la toma de decisiones porque, según la teoría económica, no debería influir en las decisiones futuras. Sin embargo, en la práctica, muchas personas y organizaciones tienden a considerar estos costos al tomar decisiones, lo que puede llevar a errores de juicio conocidos como sesgo del costo hundido.
Un dato interesante es que el concepto de costo hundido fue popularizado por el economista Ronald Coase en los años 50, quien lo utilizó para analizar decisiones de empresas en contextos de monopolio y competencia. Desde entonces, se ha convertido en una herramienta fundamental en la teoría de decisiones y en la contabilidad de costos.
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Costos que no se pueden recuperar
Los costos hundidos son aquellos que, una vez incurridos, no pueden revertirse ni recuperarse. Esto los distingue de otros tipos de costos como los variables o los fijos, que pueden ser planificados y, en ciertos casos, ajustados. Por ejemplo, si una empresa contrata a un consultor para desarrollar un nuevo producto y este proyecto se cancela antes de su lanzamiento, el dinero gastado en el consultor se convierte en un costo hundido.
Estos costos suelen incluir gastos como la inversión en infraestructura, publicidad previa, costos de investigación y desarrollo, o incluso tiempo invertido. Aunque estos gastos pueden parecer importantes, desde el punto de vista económico, no deben influir en decisiones futuras, ya que no se pueden recuperar. En lugar de eso, las decisiones deben basarse en los costos y beneficios futuros.
Es fundamental que los gerentes y tomadores de decisiones entiendan que no deben dejar que los costos hundidos afecten el juicio. Por ejemplo, una empresa que haya invertido millones en un proyecto fallido podría seguir invirtiendo más dinero con la esperanza de recuperar la inversión, cuando lo más racional sería abandonar el proyecto y redirigir los recursos a otros proyectos más prometedores.
Errores comunes al manejar costos hundidos
Uno de los errores más comunes al manejar costos hundidos es el sesgo del costo hundido, un fenómeno psicológico en el que las personas continúan invirtiendo en algo simplemente porque ya han gastado una cantidad significativa. Este sesgo puede llevar a decisiones irracionales, tanto en el ámbito personal como empresarial.
Por ejemplo, un estudiante que haya gastado una fortuna en un curso en línea puede sentir que debe terminarlo aunque el contenido no sea útil, simplemente porque ya no puede recuperar el dinero. Lo mismo ocurre en el mundo empresarial: una empresa puede seguir invirtiendo en un proyecto perdedor porque no quiere desaprovechar la inversión previa, aunque seguir invirtiendo solo agrave las pérdidas.
Para evitar este error, es esencial que los tomadores de decisiones se centren en lo que se conoce como marginal analysis (análisis marginal), es decir, evaluar si los beneficios futuros esperados superan los costos futuros. Los costos hundidos, por su naturaleza, no deben ser considerados en este cálculo.
Ejemplos de costos hundidos
Para comprender mejor qué son los costos hundidos, es útil revisar algunos ejemplos reales:
- Inversión en publicidad: Si una empresa invierte $100,000 en una campaña de publicidad que no logra los resultados esperados, ese dinero es un costo hundido.
- Contratación de personal: Un proyecto que contrata a un equipo de trabajo que finalmente no se lleva a cabo. El salario ya pagado a los empleados es un costo hundido.
- Desarrollo de un producto: La inversión en investigación y desarrollo de un producto que no llega a comercializarse.
- Inversión en infraestructura: La construcción de una fábrica que posteriormente se abandona por cambios en el mercado.
En todos estos casos, lo que importa no es el dinero ya gastado, sino si continuar con el proyecto generará beneficios adicionales que justifiquen futuras inversiones.
El concepto del costo hundido en la toma de decisiones
El concepto del costo hundido es fundamental en la toma de decisiones económicas, especialmente en contextos donde se deben evaluar opciones con costos inciertos. Lo que distingue al costo hundido es que no debe ser considerado al momento de decidir si continuar o no con un proyecto.
Por ejemplo, una empresa que haya gastado $2 millones en un proyecto de investigación que no muestra resultados prometedores debe evaluar si invertir otros $1 millón para terminarlo. Si los análisis muestran que los beneficios esperados de terminar el proyecto serían de $500,000, entonces, incluso si se invierte el millón adicional, la empresa perderá $500,000. Sin embargo, muchos gerentes pueden sentir que deben continuar por no desperdiciar los $2 millones ya invertidos.
Este tipo de razonamiento es una trampa psicológica. Lo correcto sería abandonar el proyecto, ya que el costo hundido no debe influir en la decisión. Lo que importa es si el costo futuro compensa el beneficio futuro.
Recopilación de costos hundidos comunes
Aquí tienes una lista de costos hundidos comunes que se presentan en distintos contextos:
- Costos de desarrollo: Gastos en investigación, prototipos, estudios de mercado, etc.
- Publicidad y marketing: Anuncios, campañas, eventos promocionales.
- Contrataciones: Salarios pagados a empleados que no terminan un proyecto.
- Inversión en maquinaria o tecnología: Equipos que no se usan o se deprecian.
- Costos de entrada: Tarifas de registro, licencias, permisos o derechos de uso.
- Tiempo invertido: Horas trabajadas en proyectos que no llegan a buen puerto.
En todos estos casos, el dinero o el esfuerzo ya invertido no puede recuperarse, por lo que no deben considerarse en futuras decisiones.
Costos que no se recuperan y decisiones racionales
Las decisiones racionales deben basarse en el análisis de costos y beneficios futuros, no en el pasado. Los costos hundidos, por definición, son del pasado y no pueden alterarse. Por lo tanto, cualquier decisión futura debe ignorarlos.
Por ejemplo, si una empresa está considerando si debe cerrar una planta que tiene costos operativos elevados, pero que ya ha invertido millones en su infraestructura, debe centrarse en si seguir operando la planta le generará más ingresos que costos en el futuro. El dinero ya gastado en la planta no debe ser un factor en esa decisión.
Otro ejemplo es el de un estudiante que haya gastado una fortuna en un curso que no le interesa. Si decide abandonarlo, no debería sentir que está desperdiciando su inversión, ya que el dinero ya no está disponible para recuperarse. La decisión debe basarse en si continuar con el curso le aportará valor futuro, no en lo ya gastado.
¿Para qué sirve el concepto de costo hundido?
El concepto de costo hundido sirve principalmente para evitar errores de toma de decisiones basados en emociones o en un deseo irracional de recuperar inversiones pasadas. En economía, se usa para enseñar a los tomadores de decisiones a enfocarse en lo que está por venir, no en lo que ya no se puede cambiar.
Además, este concepto es útil en la contabilidad para diferenciar entre costos relevantes y no relevantes. Los costos hundidos no son relevantes para decisiones futuras, por lo que no deben incluirse en los cálculos de rentabilidad o viabilidad de proyectos nuevos.
En resumen, el costo hundido es una herramienta conceptual que ayuda a las empresas y a los individuos a tomar decisiones más racionales, enfocadas en el futuro, y no en el pasado.
Costos que no importan en el futuro
Un sinónimo útil para referirse a los costos hundidos es costos irreversibles o gastos no recuperables. Estos términos reflejan la esencia del concepto: una vez incurridos, no tienen valor en la toma de decisiones futuras.
Por ejemplo, una empresa que haya gastado en un software que ya no usa no debe considerar ese gasto al decidir si adquirir una nueva herramienta. Lo mismo ocurre con un inversionista que haya perdido dinero en una acción; no debería dejar que esa pérdida afecte su decisión de invertir en otra acción con potencial.
En términos financieros, los costos hundidos son una categoría de costos que no afectan el flujo de caja futuro. Por lo tanto, deben ser excluidos de los análisis de viabilidad de proyectos y de los cálculos de valor presente neto (VPN).
Costos que no deben influir en la toma de decisiones
En cualquier contexto empresarial, financiero o personal, es fundamental que los tomadores de decisiones entiendan que los costos hundidos no deben influir en la toma de decisiones futuras. Esto no siempre es fácil, ya que hay una tendencia natural a querer recuperar lo invertido, aunque eso signifique seguir perdiendo dinero.
Por ejemplo, una empresa que haya invertido en un sistema de gestión que no funciona bien puede seguir invirtiendo en consultoría adicional con la esperanza de que funcione, en lugar de abandonar el sistema y migrar a otro. Esta decisión, aunque emocionalmente comprensible, puede ser económicamente irracional.
La clave para evitar este tipo de errores es entender que lo que ya se ha gastado no se puede recuperar. Las decisiones deben basarse en lo que se espera que ocurra a partir de ahora, no en lo que ya sucedió.
El significado de los costos hundidos
El significado de los costos hundidos se puede resumir en una frase: No dejes que el dinero que ya no tienes afecte el dinero que aún puedes perder. Este concepto es fundamental en la teoría económica y en la toma de decisiones empresariales.
Desde un punto de vista contable, los costos hundidos son gastos que no pueden recuperarse y, por lo tanto, no deben considerarse al evaluar la rentabilidad futura de un proyecto. En lugar de eso, las decisiones deben basarse en los costos y beneficios futuros esperados.
Por ejemplo, una empresa que esté considerando si debe continuar con un proyecto debe preguntarse: ¿los beneficios futuros esperados superan los costos futuros? Si la respuesta es no, entonces el proyecto no debería continuar, incluso si ya se han gastado millones.
Otro ejemplo útil es el de un inversionista que haya perdido dinero en una acción. Si el mercado muestra señales de caída, el inversionista debe preguntarse si es inteligente seguir invirtiendo en esa acción, no si quiere recuperar lo perdido. En este caso, lo más razonable sería vender la acción y buscar nuevas oportunidades.
¿De dónde proviene el término costo hundido?
El término costo hundido proviene del inglés sunk cost, que se traduce literalmente como costo hundido. La expresión se utilizó por primera vez en el siglo XX como parte de la teoría económica moderna.
El concepto se basa en la idea de que una vez que un recurso (dinero, tiempo, esfuerzo) se ha invertido y no se puede recuperar, no debe considerarse en decisiones futuras. Esta idea se relaciona con la teoría de la toma de decisiones racional, que sostiene que las decisiones deben basarse en información relevante y no en factores irrelevantes como el pasado.
Aunque el término no es común en el lenguaje cotidiano, es fundamental en la educación económica y en la formación de gerentes y tomadores de decisiones. Muchas universidades incluyen el concepto de costo hundido en sus cursos de economía, contabilidad y gestión.
Variantes del concepto de costo hundido
Otras formas de referirse al costo hundido incluyen:
- Costo irreversiblemente gastado
- Gasto no recuperable
- Inversión perdida
- Costo del pasado
- Inversión que no se puede recuperar
Estos términos, aunque no son exactamente sinónimos, comparten la idea central de que una vez que se ha gastado el dinero, no se puede recuperar. Por lo tanto, no deben considerarse en decisiones futuras.
Por ejemplo, una empresa que haya invertido en un proyecto que no funcionó puede referirse a esa inversión como un gasto no recuperable cuando analiza si debe seguir invirtiendo. Esta forma de expresión ayuda a enfocar la atención en lo que sí importa: los costos y beneficios futuros.
¿Qué debo hacer si tengo un costo hundido?
Si te encuentras con un costo hundido, lo primero que debes hacer es aceptar que ese dinero no se puede recuperar. Una vez que lo hagas, puedes centrarte en si continuar con el proyecto o situación en la que te encuentras es una decisión racional.
Por ejemplo, si has invertido en una campaña de marketing que no dio resultados, no debes seguir invirtiendo más dinero solo para recuperar la inversión. En lugar de eso, debes evaluar si la campaña puede ser modificada para obtener mejores resultados o si es mejor abandonarla y redirigir los recursos a otras estrategias.
En resumen, lo que debes hacer si tienes un costo hundido es:
- Aceptar que no se puede recuperar.
- Evaluar si continuar con el proyecto o situación es rentable.
- Tomar una decisión basada en el futuro, no en el pasado.
Cómo usar el concepto de costo hundido y ejemplos de uso
El costo hundido se puede usar de varias formas para tomar decisiones más racionales:
- En la toma de decisiones empresariales: Cuando una empresa debe decidir si continuar o no con un proyecto, debe ignorar los costos hundidos y enfocarse en los costos futuros.
- En inversiones personales: Un inversionista puede usar el concepto para decidir si vender o mantener una acción que ha perdido valor.
- En el mundo académico: Estudiantes pueden aplicar el concepto para decidir si deben abandonar un curso que no les interesa, sin sentir que están desperdiciando lo invertido.
Ejemplo práctico:
> Una empresa invierte $500,000 en un nuevo software que no mejora la productividad. En lugar de seguir invirtiendo $300,000 adicionales en capacitación, la empresa decide abandonar el proyecto y migrar a otro sistema. Aunque la inversión inicial fue un costo hundido, la empresa evita una pérdida mayor al no seguir invirtiendo.
Errores comunes al aplicar el costo hundido
Un error común es confundir los costos hundidos con los costos fijos o variables. Mientras que los costos fijos son gastos que persisten independientemente del volumen de producción, los costos hundidos son gastos que ya no pueden recuperarse.
Otro error es pensar que los costos hundidos deben considerarse en el cálculo de la rentabilidad. No lo deben hacer, ya que no afectan los resultados futuros. Por ejemplo, una empresa que haya gastado en un edificio que ya no usa no debe considerar ese gasto al decidir si construir otro edificio.
También es común que personas y empresas sientan que tienen que recuperar su inversión inicial, lo que los lleva a tomar decisiones irracionales. Por ejemplo, un inversionista puede seguir comprando acciones de una empresa en caída solo para recuperar lo perdido, sin importar que la situación no haya cambiado.
Cómo evitar caer en el sesgo del costo hundido
Para evitar caer en el sesgo del costo hundido, es fundamental seguir estos pasos:
- Identificar los costos hundidos: Revisa tu inversión y separa lo que ya no puedes recuperar.
- Evaluar los costos futuros: Analiza si los costos futuros superan los beneficios esperados.
- Tomar decisiones basadas en el futuro: No permitas que el pasado influya en el presente.
- Desarrollar una mentalidad racional: Entrena a ti mismo o a tu equipo para pensar en términos de beneficios futuros, no de pérdidas pasadas.
Por ejemplo, una empresa que haya invertido en un proyecto no viable puede aplicar estos pasos para decidir si debe abandonarlo o no. En lugar de sentirse presionada por la inversión previa, debe enfocarse en si el proyecto puede generar beneficios en el futuro.
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