La infección de muela picada, también conocida como infección dental o absceso periodontal, es un problema común en la salud bucal que puede causar molestias, dolor y complicaciones más serias si no se trata a tiempo. Esta afección ocurre cuando una muela (diente posterior) se infecta debido a la acumulación de bacterias en el área de la encía o del diente mismo. En este artículo exploraremos en detalle qué implica este tipo de infección, qué síntomas puede presentar, cómo se trata y qué medidas preventivas se pueden tomar.
¿Qué es una infección de muela picada?
Una infección de muela picada es un tipo de infección dental que se origina en una muela, generalmente en la zona posterior de la boca. Puede ocurrir como consecuencia de una caries no tratada, una fractura dental, una muela impactada o incluso por una infección en la encía que rodea el diente. Las bacterias que normalmente habitan en la boca pueden multiplicarse en la cavidad dental, causando inflamación, dolor y, en algunos casos, la formación de un absceso.
El término muela picada también se usa coloquialmente para referirse a un diente que causa dolor intenso y persistente, lo cual puede ser un síntoma de una infección subyacente. La infección puede propagarse rápidamente si no se atiende, afectando tejidos cercanos como las encías, los huesos maxilares, e incluso causando infecciones sistémicas.
Además, históricamente, la falta de acceso a la odontología ha hecho que muchas personas no traten sus infecciones dentales a tiempo, lo que ha llevado a complicaciones más graves como infecciones en la garganta, cuello o incluso en el cerebro. En la antigüedad, antes de que existieran antibióticos y técnicas modernas de anestesia, las infecciones dentales eran una causa común de muerte.
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Causas y factores de riesgo de las infecciones dentales
Las infecciones de muela picada suelen tener varias causas, pero la más común es la caries dental. Cuando una muela desarrolla una caries profunda que no se trata, las bacterias pueden llegar al nervio del diente, causando una infección. Otra causa frecuente es una fractura dental que permite la entrada de bacterias al interior del diente.
Además, las muelas impactadas, especialmente las terceras molares (muelas del juicio), son propensas a infecciones por estar parcialmente cubiertas por encía y difícil de limpiar. Los pacientes con mala higiene bucal, diabetes o inmunidad reducida también corren mayor riesgo de desarrollar infecciones dentales.
Otro factor importante es la acumulación de placa bacteriana, que si no se elimina con cepillado y uso de hilo dental, puede causar gingivitis e infecciones más profundas. Por último, el estrés y el tabaquismo también pueden debilitar el sistema inmunológico, facilitando el desarrollo de infecciones orales.
Síntomas que no debes ignorar
Es crucial reconocer los síntomas de una infección de muela para actuar a tiempo. Los signos más comunes incluyen dolor intenso en la zona afectada, sensibilidad al tacto o a alimentos muy fríos o calientes, enrojecimiento y hinchazón de las encías, mal aliento persistente y, en algunos casos, fiebre. Cuando la infección avanza, puede formarse un absceso, lo cual se manifiesta con un bulto blando o duro en la encía.
Otra señal de alerta es el sabor amargo en la boca o la presencia de pus. Si la infección se propaga, también puede causar dificultad para abrir la boca, dolor en las mandíbulas y dolor de cabeza. Si no se trata, una infección dental puede llegar a ser muy grave, incluso poniendo en riesgo la vida del paciente.
Ejemplos de situaciones en las que puede ocurrir una infección de muela
Una situación típica en la que se desarrolla una infección de muela es cuando una caries no tratada avanza hasta el nervio del diente. Por ejemplo, una persona que ignora un diente con caries porque no siente dolor inicialmente puede desarrollar una infección severa en cuestión de días. Otro ejemplo es el de una persona con una muela impactada que no se ha sometido a una extracción, lo que genera acumulación de bacterias en la encía y posterior infección.
También es común en pacientes que no acuden al dentista con regularidad, especialmente si no cepillan correctamente sus dientes o no usan hilo dental. Además, quienes tienen diabetes o problemas inmunológicos son más propensos a desarrollar infecciones dentales. Un ejemplo clínico podría ser un adulto mayor con mala higiene bucal que presenta dolor intenso en la muela y fiebre, lo que indica una infección activa que requiere atención inmediata.
Conceptos clave para entender las infecciones dentales
Para comprender mejor las infecciones de muela, es importante conocer algunos conceptos fundamentales. Uno de ellos es la caries dental, que es la destrucción de la estructura del diente causada por ácidos producidos por bacterias. Otro es el absceso dental, que es una acumulación de pus causada por una infección localizada.
También es útil entender qué es el pulpo dental, que es el tejido blando interno del diente que contiene nervios y vasos sanguíneos. Cuando este tejido se infecta, el dolor puede ser muy intenso. Además, el concepto de muela impactada es clave, ya que se refiere a un diente que no ha salido completamente de su posición natural, causando infecciones recurrentes.
Por último, el concepto de inmunidad bucal también es relevante: una boca con buena salud inmunológica puede resistir mejor las infecciones, mientras que una boca con mala higiene o enfermedades sistémicas tiene más riesgo de desarrollar infecciones recurrentes.
Los 5 tipos más comunes de infecciones dentales
Existen varios tipos de infecciones dentales, y las más comunes incluyen:
- Absceso radicular: Se forma cuando hay una infección en la punta de la raíz del diente.
- Absceso periodontal: Afecta las encías y los tejidos que rodean el diente.
- Absceso gingival: Se presenta en la encía, generalmente por una acumulación de placa o cuerpo extraño.
- Infección por muela impactada: Común en los dientes del juicio que no salen correctamente.
- Infección por caries no tratada: Cuando la caries llega al nervio del diente y causa infección.
Cada tipo tiene síntomas y tratamientos específicos. Por ejemplo, el absceso radicular suele requerir una raíz o extracción, mientras que el gingival puede tratarse con limpieza y antibióticos.
Cómo identificar una infección de muela sin dolor
No todas las infecciones de muela causan dolor inmediato. En algunos casos, especialmente en pacientes mayores o con diabetes, el dolor puede ser menos intenso o incluso ausente. Esto se debe a que ciertas condiciones pueden disminuir la sensibilidad del nervio dental.
En estos casos, los síntomas pueden incluir hinchazón facial, enrojecimiento de la encía, mal sabor en la boca o dificultad para masticar. Es común que los pacientes acudan al dentista por otras razones y se descubra una infección silenciosa durante una revisión rutinaria. Por eso es importante mantener revisiones dentales periódicas, incluso si no se experimenta dolor.
¿Para qué sirve el diagnóstico y tratamiento temprano?
El diagnóstico y tratamiento temprano de una infección de muela son fundamentales para prevenir complicaciones mayores. Si se detecta a tiempo, la infección puede tratarse con antibióticos, limpieza dental o incluso una endodoncia (tratamiento de conducto). Sin embargo, si se ignora, la infección puede llegar al tejido circundante, causando infecciones más graves como celulitis facial, absceso de espacio mandibular o incluso meningitis.
Un ejemplo real es el caso de una persona que presenta dolor leve en una muela y no acude al odontólogo. Con el tiempo, la infección se propaga, causando fiebre y hinchazón en la mandíbula, lo que exige hospitalización y tratamiento con antibióticos intravenosos. Por eso, no debes ignorar síntomas que puedan indicar una infección dental.
Alternativas sinónimas y otros términos relacionados
Además de infección de muela picada, existen otros términos que se usan para describir este problema dental. Algunos de ellos incluyen:
- Infección dental
- Absceso dental
- Muela infectada
- Dolor de muela
- Infección periodontal
Cada uno de estos términos se refiere a situaciones similares, pero con diferencias en la localización y el tipo de tejido afectado. Por ejemplo, un absceso periodontal afecta las encías, mientras que un absceso radicular está relacionado con el nervio del diente. Conocer estos términos puede ayudar a entender mejor el diagnóstico que el odontólogo proporciona.
Prevención de infecciones dentales en adultos y niños
Prevenir las infecciones dentales es fundamental para mantener una boca sana y evitar complicaciones. En adultos, la prevención implica una higiene bucal diaria con cepillado, uso de hilo dental y enjuagues antibacterianos. Además, acudir al odontólogo cada seis meses permite detectar problemas antes de que se conviertan en infecciones.
En el caso de los niños, es igual de importante enseñarles desde pequeños a cepillarse correctamente y llevarlos al dentista desde los primeros años. Las muelas de leche también pueden desarrollar caries, lo que puede afectar los dientes permanentes. Otras medidas incluyen limitar el consumo de azúcares y evitar hábitos como el chupeteo prolongado o el uso de biberones durante la noche.
¿Qué significa tener una infección de muela?
Tener una infección de muela significa que existe una presencia de bacterias en el diente o en los tejidos que lo rodean, causando inflamación, dolor y, en algunos casos, la formación de pus. Esta afección no solo afecta la salud bucal, sino también el bienestar general del cuerpo. Las infecciones dentales pueden provocar problemas sistémicos si no se tratan, como infecciones en otras partes del cuerpo o incluso sepsis.
El significado de una infección dental va más allá del dolor localizado: representa un desequilibrio en la flora bacteriana de la boca, lo que puede llevar a la destrucción de tejidos dentales y al deterioro de la salud general. Por eso, es fundamental no ignorar los síntomas y buscar atención odontológica a tiempo.
¿De dónde viene el término muela picada?
El término muela picada es un nombre coloquial que se usa para describir un diente que causa dolor intenso y persistente, lo cual puede ser un síntoma de una infección subyacente. Aunque no es un término médico, es muy común en el lenguaje popular y en consultas dentales.
La palabra picada se usa en este contexto para referirse al dolor punzante o punzante que siente la persona, como si el diente estuviera picando o causando una sensación de ardor o pinchazos. Este término se ha utilizado históricamente en muchos países de habla hispana y se ha mantenido en el uso cotidiano, incluso entre profesionales de la salud dental.
Otras formas de referirse a una infección dental
Además de muela picada, existen otras expresiones que se usan para describir infecciones dentales, como diente infectado, dolor de muela, muela con caries, o muela con pus. Estos términos pueden variar según la región o el contexto cultural, pero todos refieren a la misma idea: un problema dental que requiere atención médica.
En muchos casos, las personas usan términos como muela inflamada para describir una infección en la encía, o dolor de muela para referirse a cualquier malestar en esa zona. Es importante que, al acudir al dentista, se sea específico sobre los síntomas para que el profesional pueda hacer un diagnóstico preciso.
¿Qué debo hacer si creo que tengo una muela picada?
Si crees que tienes una muela picada o sospechas de una infección dental, lo primero que debes hacer es acudir a un odontólogo lo antes posible. Mientras esperas la cita, puedes tomar medidas para aliviar el dolor, como usar enjuagues con agua tibia y sal, tomar analgésicos como paracetamol o ibuprofeno, y evitar alimentos muy fríos o calientes.
También es recomendable no tocar la zona afectada con los dedos ni intentar extraer el diente por tu cuenta. Si el dolor es muy intenso o presentas fiebre, es fundamental que busques atención médica de inmediato, ya que esto puede indicar una infección grave que requiere tratamiento con antibióticos.
Cómo usar el término muela picada en la vida cotidiana
El término muela picada se usa comúnmente en conversaciones informales para describir un diente que causa dolor. Por ejemplo:
- Me duele la muela picada, no puedo comer bien.
- Creo que tengo una muela picada, debo ir al dentista.
- Mi hijo se quejó de una muela picada anoche.
Aunque no es un término médico, es útil para describir síntomas de manera comprensible. En contextos médicos, es importante que los pacientes usen este término como una descripción de sus síntomas, pero que se complementen con información más detallada para que el odontólogo pueda hacer un diagnóstico adecuado.
Complicaciones derivadas de una infección de muela
Si una infección de muela no se trata a tiempo, puede provocar complicaciones serias. Una de las más comunes es la celulitis facial, una infección de la piel y tejidos blandos que puede causar hinchazón severa, dolor y dificultad para abrir la boca.
Otra posible complicación es la absceso de espacio mandibular, que se forma cuando la infección se propaga a los tejidos alrededor del hueso mandibular. Esto puede llevar a dificultad para respirar o tragar, lo cual es una emergencia médica.
Además, la infección puede llegar al torrente sanguíneo, causando sepsis, una infección sistémica que puede ser mortal si no se trata con antibióticos intravenosos y hospitalización.
Tratamientos efectivos para la infección de muela
El tratamiento de una infección de muela depende de su gravedad y de la causa subyacente. Algunos de los tratamientos más comunes incluyen:
- Antibióticos: Para combatir la infección bacteriana.
- Analgésicos: Para aliviar el dolor y la inflamación.
- Endodoncia: Cuando el nervio del diente está infectado, se realiza una limpieza del conducto.
- Extracción dental: En casos de infección severa o diente no recuperable.
- Incisión y drenaje: Si hay un absceso, se puede abrir para drenar el pus.
En algunos casos, especialmente cuando la infección se ha propagado, es necesario hospitalizar al paciente y administrar antibióticos intravenosos. Es importante seguir las indicaciones del dentista para evitar recidivas.
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